Arturo Córdova Just y sus Amotinados
Víctor Flint Flores Hernández
Y otros muertos se prolongan: pesan más que los dioses, no se quieren ir del todo. Arturo Córdova Just
La poesía sigue siendo un descanso a lo cotidiano, una distención a lo epistémico y una bocanada de aire fresco para el alma. Por eso la leo, porque la disfruto como aquellos días en la Escuela Primaria Roberto Rojas Valencia, cuando nos invitaban a participar en los eventos de declamación donde la Madre y la Patria (apoteóticos sinónimos), fueron el tema central de la cultura literaria infantil.
Leer y escuchar poesía me motiva a vivir, aunque ésta hable de muerte, por eso atiendo con gusto las invitaciones y recomendaciones, como la que me hizo recientemente uno de sus grandes promotores, Alberto de la Fuente Guerrero, de Editorial Cabos Sueltos: “Amotinados a las puertas del cielo” de Arturo Córdova Just, quien se considera a sí mismo como un poeta sin generación.
Arturo Córdova Just, poeta y ensayista nacido en la Cd. de México, D.F., es autor de obras como Los otros días (1982), Retratos junto a la orca (1989), Pandilla de nubes (1990), Bitácora del poseído (1996), Al reverso de la herida (1999), Al acecho del relámpago (2008) y por supuesto Amotinados a las puertas del cielo (2009), la obra con la que demuestra que no pierde la costumbre de excederse.
No le bastó con describir a sus difuntos, dejó hablar a los muertos de otros, quizá para curarles su tristeza: Qué triste la vida de ciertos muertos, Nadie los saca de su lugar… Córdova Just considera a la poesía no sólo como una actividad intelectual, sino como el despertar en el alma el misterio de lo sagrado. Con sus palabras parece que profana tumbas y santifica cuerpos.
Cuando conversé con el autor me comentó que la literatura no funciona cuando elimina la sinceridad, el poeta se deja ver a través de su obra; y es que escribir implica un proceso de honestidad personal, de humildad para permitirse ser, pero también para ser capaz de jugar con otras personalidades, con distintos escenarios y mantener una individualidad que trascienda los juegos literarios.
Un poeta es una perspectiva, una visión del mundo. Y esa sentencia del autor me hizo reconocer en sus Amotinados…, una obra que los vivos comprendemos porque algo de nosotros ha muerto y lo encontraremos en sus versos, y nos dolerá… hay ocasiones en que con un solo muerto se muere todo… y ese proceso de maduración personal lo reflexiona: Me pregunto si crecer implica una tortura.
Otros muertos… colaboran desatando nudos entre la palabras y los actos… esos nudos que evitan que las palabras se expresen y las acciones se realicen, esos que contienen el aliento porque la represión es más fuerte que la emoción. A menos que sea una cruenta experiencia como aquella que describe: Todo se marchita si los padres sepultan a los hijos.
Córdova Just sabe los muertos ilustran la plenitud de permanecer cambiando por eso acude a distintas figuras literarias para hacer hablar a los muertos (a veces a sus muertos) o para lograr la comunicación entre los vivos y aquellos que dejaron de ser lo que eran para ser lo que serán: entes inmortales que …se amotinan a las puertas del cielo, exigen liberar el santo que está preso…
Córdova Just tuvo la amabilidad de recomendar a los jóvenes que se interesen en la poesía, como lectores o autores que están dando sus primeros pasos en las letras, les invita a existir en ambos mundos hasta que su esencia no distinga uno del otro: Para existir en plenitud, la poesía requiere de abandonar el ropaje de la especialización y re-imaginar su sitio en el mundo.
Si te gusta la poesía y te interesa conocer un poco de Arturo Córdova Just y sus Amotinados…, suscríbete a mi Blog Caziidi’ y solicita un ejemplar de regalo, tengo dos, para los primeros suscriptores que comenten por qué les gusta la poesía. Sé que disfrutarán Amotinados a las puertas del cielo, un obra ligera, dócil, que te sabrá poseer con sus …partituras sentimentales… y sus elocuentes palabras.
Sí creo en el Autor y, por lo tanto, en la obra como un espacio único e irrepetible. Arturo Córdova Just