A finales del año pasado conversé con mis estudiantes sobre la importancia de fijarse propósitos para este año. Los exhorté a que establecieran objetivos tanto en el nivel familiar y profesional, como en el ámbito personal y económico. Esa reflexión me recordó que incluso los profesionistas debemos plantearnos metas para cada nuevo año y sobre todo, cumplirlas.
Recordé que, como cada lunes, al inicio del mes, y más comúnmente, al empezar el año, surgen de nuestras mentes los propósitos para el año nuevo: dejar de fumar, bajar de peso, aprender Inglés, ahorrar, atender más a la familia… en fin, cada año nuevo los mismos viejos propósitos que no se cumplen.
Por alguna simple razón o por muchas razones no se pudo: «imposible dejar de fumar si mis amigos fuman», «no puedo bajar de peso porque estoy mal de la tiroides», «no tengo tiempo de estudiar Inglés», «tengo muchos gastos, no puedo ahorrar», «si trabajo es por la familia, deben comprenderme». Si los propósitos son viejos, las excusas no lo son.
Propósitos para el 2006
Deseo que los propósitos de este 2006 sean logro, «si se puede». Hay algunas ocasiones en que esa frase es la que nos levanta el ánimo y es el grito de celebración en algún triunfo futbolístico, pero tratándose de propósitos, parece que sólo es cuestión de decisión. Sólo hace falta el deseo, el que surge de la mente y el corazón, el que nos separa del éxito según Jon Spoelstra cuando señala que, el deseo de la felicidad es lo único necesario para conseguirla, de ahí en adelante sólo se requiere «el mantenimiento» prepararnos para ella.
Hace tres años escribí el artículo ¿Qué vamos a aprender este año? publicado en El Buzón de Pacioli del Instituto Tecnológico de Sonora. En él explicaba que siempre tenemos la posibilidad de aprender, que el aprendizaje es continuo y se logra con perseverancia mediante el estudio, la práctica y/ola experiencia. Mi invitación fue para buscar la mejora continua a nivel personal, reconociendo que «el mantenimiento» es la superación constante,la que Stephen Covey llama «Afilar el hacha».
En la vida académica
Olimpia Dukakis como la Sra. Jacobsen la película Mr. Holland´s Opus (Triunfo a la vida) comenta que un profesor tiene dos deberes: llenar las mentes de conocimientos y, el más importante, dar una brújula a ese conocimiento para que no se desperdicie. Agrega que, en ocasiones, es el profesor el que ha perdido el rumbo.
En cada uno de mis proyectos compruebo que los profesores podemos seguir aprendiendo y esa es la mejor ruta para desempeñarnos con eficiencia y alcanzar la realización profesional. Lo mencioné hace tres años, el aprendizaje de los académicos se da en nuevos ambientes con la generación de sistemas, modelos, programas, métodos, escribiendo ensayos, diseñando manuales, desarrollando propuestas y proyectos. Veamos la brújula.
De manera personal lo he reafirmado en cada proyecto formativo que propongo, en el desarrollo de un manual, con el diseño de una estrategia didáctica, con la impartición y evaluación del evento. También, mientras realizo alguna investigación, en cada ensayo que escribo para esta sección o para mis otras publicaciones y proyectos.
Por eso me sigo sorprendiendo cuando me dicen que los profesores son quienes más rechazan la educación continua. Y a ellos les pregunto: ¿son capaces de aprender algo más? ¿están preparados para compartir lo que saben?, y estoy seguro que responderán: sí, aunque con sus actos, o mejor dicho, su inacción, dicen: no. ¿Por qué huyen a la capacitación? ¿por qué la consideran pérdida de tiempo?
Compañeros profesores, si ustedes son así, no se sorprendan cuando sus estudiantes «huyan» de sus clases. Ellos huyen en diferentes formas. Físicamente cuando se ausentan del aula, y peor aún, mentalmente, porque no están sus pensamientos en clase, y se comprueba porque desatienden las explicaciones, no participan, no toman notas, ni realizan sus asignaciones.
El principal motivador es el ejemplo y cuando los estudiantes perciben el ánimo, la voluntad, el esfuerzo y la constante superación de un profesor, se convencen y emulan el ejemplo. La mejora continua de un profesor es uno de los mejores alicientes para el aprendizaje de sus estudiantes.
Uno de los principales conocimientos que los estudiantes deben adquirir es la responsabilidad, invisible en los contenidos de los programas escolares, pero fácilmente perceptible en el desempeño de los profesores. No es aprendizaje de un día, se requiere su enseñanza permanente.
Cuando las personas se resisten a la mejora continua, cuando profesores o estudiantes rechazan los procesos formativos, podemos identificar varias razones para ello. Entre otras, es falta de autoestima, porque no se creen merecedores de superarse. Es un problema de negación a la realidad porque no aceptan que hay algo que «no se sabe». También es una incompetencia profesional porque se desconocen capaces de aprender algo nuevo. Finalmente, en las universidades y centros de investigación, es un rechazo al trabajo académico, a los proyectos inter y multidisciplinarios.
Pero estas razones pueden desaparecer si los profesores ampliamos nuestra visión, si mantenemos nuestro empeño para formar individuos capaces de aprender continuamente, si los motivamos a ser ciudadanos globales, emprendedores, creadores y promotores de ideas y, principalmente, empresarios capaces de generar fuentes de ingreso para ellos y empleo para quienes vienen atrás.
Iguana contra dragón
Hablando de motivación. Uno de mis objetivos profesionales para este año es motivar a los estudiantes para que incluyan entre sus propósitos «dominar al dragón». Conocer, entender y encontrar la forma de convertir a la «amenaza china» en oportunidad es una de las tareas urgentes de nuestros profesionistas.
Primero el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey, ahora en Tehuantepec, Juchitán y Ciudad Ixtepec. Ya podemos conseguir en el Istmo Oaxaqueño todas las «chucherías» que forman parte del dominio silencioso del creciente poderío chino, quienes ahora ocupan el segundo lugar como proveedores de mercancía en México mientras nosotros ocupamos para China el lugar número 27.
Hay más. El 60 por ciento de las importaciones provenientes de China son insumos para fabricar artículos para exportar, así que exportamos productos «casi chinos». ¿Y el resto de lo comprado? Nos lo quedamos para consumo interno. Por cierto, entre mis pendientes está investigar el por qué consumimos ese tipo de productos.
Ahuitzol Jiménez Santiago, Presidente Municipal de Santa María Xadani, Oaxaca, me comentó que en el municipio hay instituciones educativas desde preescolar hasta el bachillerato. Seis de preescolar, seis primarias (una de ellas bilingüe), una secundaria, una telesecundaria y un telebachillerato. En esos niveles la deserción es casi del 30 por cierto. Los niños y jóvenes abandonan la escuela por distintas causas, entre ellas, por trabajar y la mayoría, fuera del municipio y del Estado.
Hay acciones para disminuir ese índice de deserción escolar, que requieren comentarse, pero ahora, quiero analizar el hecho de que en Xadani no se están formando profesionistas, lo hacen otras ciudades como Oaxaca de Juárez, en los estados de Veracruz, Puebla y el Distrito Federal. Sin embargo, por trabajo o por estudio, una vez que salieron no regresan a su municipio para hacerlo crecer. Sólo envían dinero.
Aunque en el año 2005 las remesas superaron los 20 mil millones de dólares (mdd), eso sólo sigue sosteniendo la capacidad para comprar productos «chinos». Xadani es un ejemplo, pero la mayoría de los municipios en el Istmo tienen problemáticas similares, gran parte de su actividad productiva se sostiene por las remesas, cantidad importante si se le compara con los 28 mil 286 mdd que PEMEX facturó en el 2005, pero que no está acompañada de proyectos productivos regionales.
De ahí que las universidades creadas con enfoque regional sean tan importantes en el desarrollo oaxaqueño y la Universidad del Istmo (UNISTMO) lo sea para esta región, donde estamos formando empresarios, el capital humano e intelectual capaz de aprender constantemente. Profesionistas que, además de implementar estrategias comerciales, sean creativos y estén listos para diseñar productos de calidad para el consumo interno y la exportación. En la UNISTMO como en las demás universidades regionales de Oaxaca, se han instrumentado programas académicos para la formación de capital humano considerando las posibilidades regionales de desarrollo, fomentando una visión estratégica para que sean capaces de entender, asumir e integrarse a los procesos globales que impactan a nivel regional. Estamos fortaleciendo la iguana para competir con el dragón. Imperiosa utopía.
Heredar en vida
Alberto Aguilera dejaba en «la herencia»: el jacal, la parcela, seis gallinas y dos gallos, cinco chivas, dos becerros, la yegua y el caballo, tres marranos y dos perros, una vaca y un… lo cual suena muy bien cuando se canta, pero no del todo en la vida real.
Como en todas las familias la mejor herencia que se puede dar a los hijos, a los seres queridos, se da en vida. La posibilidad de acceder a la educación es uno de los regalos más preciados, por su trascendencia en la vida de quien estudia y la de su familia y por el gran sacrificio que representa para muchos padres mantener a sus hijos en las escuelas o universidades.
Por eso es ofensivo que existan estudiantes que no valoran esta oportunidad, y peor aún, que por culpa de algunos profesores los estudiantes desaprovechen esa gran herencia en vida, que aunque temporal por su duración, es eterna por sus efectos.
Ojalá los estudiantes de la UNISTMO se mantengan despiertos, porque dormir es morir un poco. Y si oyen por ahí que hay quienes no pueden morir es porque ya están muertos, desmotivados, sin alma para el estudio, sin ganas de aprender algo nuevo cada día, pensando que la mejora continua es una carga extra para su ya pesada vida. Hay que vacunar a los estudiantes con el antídoto que les evite el virus de la apatía de los profesores.
Investigar para vincular y viceversa
De Ixtepec a Lachiguiri y viceversa. Me agrada leer las rutas que siguen los camiones a las distintas poblaciones porque siempre van y vienen. Como el conocimiento, como el aprendizaje. El que enseña aprende y el que aprende, siempre tiene algo que enseñar. Uno de los objetivos específicos del Proyecto «Reconfiguración Regional y Desarrollo Territorial en el Istmo Oaxaqueño» de la Mtra. Lilia CruzAltamirano es ayudar a resolver los principales problemas de la sociedad rural mediantela vinculación. Yya está dando resultados. De este proyecto se han desprendido contactos con algunos actores del desarrollo regional en el Istmo, entre los que se encuentra el Fondo Regional Indígena Mizahuazoch, con quienes se colaboró en un proyecto formativo de Integración Grupal, con el propósito de fortalecer sus bases y propósitos para desarrollar nuevos y más ambiciosos proyectos de desarrollo en la zona oriente del Istmo Oaxaqueño. Otro logro más es con la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y sus Centros Coordinadores. Con quienes, gracias a su apertura y disponibilidad, así como a la calidad de las propuestas que se presentaron y el apoyo de las autoridades de la UNISTMO logramos establecer un plan de trabajo que ya explicaré a detalle en el siguiente número, además de comentarles los resultados alcanzados. La educación continua para las universidades se llama: vinculación. Cada vínculo académico logrado es un nuevo ambiente de aprendizaje para nosotros como investigadores. Vincular a la UNISTMO con proyectos regionales significa fortalecerla, darle rumbo, seguridad y confianza a la sociedad que nos ha encargado el más importante de sus recursos: sus jóvenes. Si en Santa María Xadani los profesores no quieren hacer propuestas, en la UNISTMO sí, porque sabemos que es una forma de aprender y mantener aprendiendo a la misma institución. Porque el aprendizaje individual, con los canales adecuados, puede convertirse en un aprendizaje organizacional, y como dice Manuel de Jesús Moguel Liévano, este tipo de proceso permite la construcción social de la realidad a través de la reflexión con el propósito de alcanzar mayores niveles de competitividad.
Si de organización que aprende se trata, en la UNISTMO estamos aprendiendo. En más de dos años se ha notado el cambio y como casualmente reza un proverbio chino: «El que ha desplazado la montaña es el que comenzó por quitar las piedras pequeñas«.
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