Cuando la corrupción se convierte en homicidio

¿Cuándo llegará el momento de que deje de morir gente inocente a causa de actos de violencia? ¿cuándo será el día en que no escuchemos que hubo muertos, balaceras o descuartizados? ¿cuándo se acabará con la impunidad? ¿cuándo terminará la corrupción de ser un veneno que termina por matar?

Casos como el de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora llenan de indignación, verguenza, pena, dolor, de un sufrimiento que enoja, deprime y nos cimbra el ser y la conciencia, y quisiera ser uno más valiente, más fuerte, más inteligente y tener la solución para evitarlo, ideas que ayuden en el duelo, propuestas que garanticen que ya no va a pasar nunca más.
Cuando las muertes fueron en antros, nos sentimos lejanos, quizás hasta pensamos que ellos se lo buscaron, pero también tenían hijos que ahora no tiene padres, eran hermanos, eran hijos, eran sobrinos, eran amigos de alguien que ya no los tiene. Y si para ellos fue difícil defenderse y protegerse, ahora qué tan indefensos estaban los pequeños que no superaban los 4 años de edad.
La investigación debe concluir pero nosotros, los ciudadanos debemos actuar ya, evitando los actos de corrupción, evidenciándolos, sancionándolos… porque ese alto que se pasaron, esa bebida que tomaron al manejar, ese lugar que permitieron que funcionara sin las medidas correctas, eso termina por ser causa de muerte, de pena, de dolor, de sufrimiento, como éste que se ha extendido a todo el país, porque a todos ha dolido saber lo que ha pasado.
Murieron niños inocentes e indefensos,  porque un acto de corrupción terminó mal, como todos pueden terminar.
Afortunadamente hubo héroes, muchos, felicidades a ellos. Y que eso además de ser ejemplo sea motivo de fuerza para no permitir actos que pongan en riesgo nuestra vida y la de nuestros seres queridos.

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¿Quién fue Federico Gámez Villegas?

¿Quién fue Federico Gámez Villegas?

Si me hago esa pregunta creo que mi respuesta debe ser: no lo sé. Hay personas que lo conocieron mejor que yo y durante más tiempo, así que no puedo responder fácilmente a ese cuestionamiento. Pero lo que si puedo hacer es recordar un poco acerca de lo que Federico Gámez Villegas hizo por mí.

Estudié en el Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) y aunque estuve muchos años, cursando primero la Licenciatura en Administración y luego la carrera de Contador Público, el Mtro. Federico Gámez nunca me dio clases, pero puedo decir que sí aprendí con él porque estuvo presente en varios momentos de mi vida académica profesional.

Primero, en un Congreso en la Cd. de México, D.F., donde lo conocí como el profesor que sabe coordinar a un grupo de estudiantes en una ciudad como esa, y donde empecé a conocer un poco de su personalidad, pues se mostró efectivo en sus acciones, preciso en sus comentarios y observador de nuestras actitudes y temores. Nos hizo valorar quiénes éramos en un evento de esa naturaleza.

Después, junto con el Mtro. Roberto Herrera, me ayudó a diversificar mis actividades académicas en el ITSON. Su confianza en mí me hizo crecer profesionalmente y aún hoy siguen teniendo efecto los aprendizajes obtenidos aquellos años en Formación Empresarial. Siempre recordaré que una de mis grandes oportunidades profesionales estuvo guiada por él.

Recientemente platiqué con la Mtra. Maru Aguilar sobre esa época de aprendizaje, crecimiento y desarrollo para muchos noveles docentes que nos vimos inmersos en una dinámica de trabajo donde los experimentados académicos nos dejaron huella: el proyecto Joven Empresario. Y claro, la Mtra. Maru y yo recordamos al Mtro. Federico Gámez, su charla, su ejemplo, su trabajo.

Siempre escuché comentarios positivos acerca de su actividad como docente, por su carácter, por su forma de ver la vida, porque aunque parecía seco y distante, era una persona con la que se podía conversar y divertirse. A mi me trató siempre con respeto y así le respondí. Sabía qué decir, cómo decirlo y lograba hacerme comprender cuál era el siguiente paso en mi formación como docente.

Luego, el ITSON me dio otra oportunidad: ayudar a la titulación de los egresados. Y sí, estuvo presente el Mtro Federico Gámez, quien además de ser muy preciso con sus observaciones y comentarios sabía que la ortografía es una carta de presentación que abre muchas puertas y así me enseñó a trabajar. Había que leer para conocer, escribir para comprender. Lo escuché y aprendí.

Y donde si me dio clases fue en la Maestría en Administración. Excelente profesor fue el Mtro. Federico Gámez. Me llevó a un nuevo nivel en la concepción de teorías administrativas y en la investigación para reafirmar lo aprendido. Había que construir y no sólo divagar. Con él, demostrar no significaba sólo decir que lo había leído, tenía que describir cómo lo había hecho y qué resultados obtuve. Sin duda, las estructuras organizacionales tomaron sentido gracias sus enseñanzas como docente.

Por su calidad profesional, por su sencillez humana, por su paciente dinamismo y como consecuencia de un reconocimiento a su labor, le pedí que fuera mi director de tesis de posgrado y aceptó. Solicité su apoyo porque era concreto y a la vez descriptivo, retador y motivador, crítico pero siempre positivo. Lo visualicé como un verdadero artífice de la administración como ciencia, de la acción con estilo y de la capacitación con sentido.

El Mtro. Federico Gámez me enseñó a planear la capacitación, me explicó sobre formatos y objetivos, con él aprendí a ser congruente en las propuestas formativas y a presentar mis ideas para convencer. Lo reconozco ahora, su huella siempre estará presente en las cartas descriptivas que desarrolle y sé que llevo un poco de su estilo a mis clases de posgrado. Debo decirlo,  sabía justo qué enseñarnos para la vida profesional, sabía lo que íbamos a necesitar. Conmigo lo supo, a eso me dedico.

La última vez que lo vi fue en el Seguro Social, bendito seguro. Mientras yo acompañaba a mi mamá, él estaba haciendo trámites para sus estudios médicos y recibir un trasplante. Aún fuerte, sonriente y conversador; aún haciendo los recorridos que los empleados del seguro se encargan de solicitar a los pacientes como una forma de ayudarlos a mejorar su salud, no voy a creer que como forma de castigo.

Tenía fe. Me lo dejó claro. Se notaba que esperaba con fe y anhelaba con gusto seguir siendo el Mtro. Federico Gámez: útil, productivo y servicial. Decía que era posible seguir y creo que lo hizo, siguió demostrando que su vida era de impacto para quienes estuvimos cerca. Ese día sólo pude desearle lo mejor: Dios lo bendiga, le dije al despedirme.

Por sus frutos los conoceréis dice Mateo 7:20. Sí, por sus obras serán conocidas las personas. Entonces ¡sí sé quién fue Federico Gámez Villegas! un amigo, un maestro, mi maestro, el Maestro Federico, a quien yo, como muchos otros siempre lo tendremos presente porque dejó su vida en la enseñanza y porque entregó su corazón para que aprendiéramos, pero sobre todo porque su alma gozará de la vida que dan los recuerdos de las personas que lo estiman.

¡Hasta siempre Mtro. Federico Gámez Villegas!


Jenni Rivera y sus ingresos

Jenni Rivera y sus ingresos
 
Recientemente salió en televisión abierta un programa especial sobre la vida y "milagros" de la (tristemente célebre) cantante Jenni Rivera en la que en el más puro sentido comercial se explora su vida y claro, sus escándalos.
 
Sin duda una de las cosas que más llamó la atención es haber aceptado que ha recibido dinero de personas a las que no les preguntó "a qué se dedican" ya que ella sólo trabaja para llevar de comer a sus hijos.
 
¿Acaso el hecho de ser una madre soltera, como hay muchas en México, de ser una madre trabajadora, como hay millones en México, debe ser motivo para convertirse en delincuente?
 
Parece que a las autoridades no parece interesarles mucho puesto que tanto ella como su hermano Lupillo (en el mismo programa) aceptaron trabajar cantando y no preguntar de dónde procede el dinero que les pagan.
 
El lavado de dinero es uno de los delitos menos culpados en México, de los que caen en la eterna lista de crímenes sin castigo. Esta integración a la economía formal-legal de los capitales ilícitos es el motor principal del crimen organizado y parece que los encargados de impartir justicia, de generar leyes para evitarlo, no lo saben.
 
Hay más confianza en los estudiantes de primaria que participaron en el pasado Parlamento de Niños y Niñas que debe haber castigo para los delincuentes, utilizar transparentemente el dinero decomisado en mantener nuestra seguridad y pagar bien, así como dotar del equipo necesario a quienes cuidan de nosotros.
 
Usted sabe ¿por qué hay grupos musicales que tienen millones de pesos en equipo de sonido? ¿por qué hay artistas que tienen tal cantidad de dinero que pueden darse el lujo de automóviles y casas que superan el valor de las propiedades de muchos empresarios? ¿por qué no se investiga de quiénes obtienen el dinero los cantantes? ¿por qué la crisis a ellos no les afecta? ¿por qué se sigue tolerando los delitos? ¿quién se beneficia con ellos?.
 
Estamos acostumbrándonos a vivir entre balaceras y estamos aceptando que el delito tenga justificación. ¿Le parece correcto?