Nunca Jamás concluyó con éxito su gira “Fierro por la 300”, un recorrido que la banda realizó por diferentes estados del país. Retornó a la tierra de donde surgió con un cúmulo más de experiencias para las siguientes presentaciones que tendrá en otras tantas ciudades, pero ahora acompañando a Los enanitos verdes.
El éxito de esta banda es evidente, por eso es importante hacer una pausa y dedicar un momento a conocer y reconocer a sus integrantes, porque sus diez años de trayectoria están llenos de anécdotas y logros que pueden ser la historia de cualquiera de las bandas reconocidas mundialmente.
Nunca Jamás es Pedro Verdez, Omar Sáinz y Max Arnold. Pedro parece desaliñado y desordenado pero sus ideas son energía bien canalizada. Omar es culto y claro, categórico y decidido, cuando habla hay que atenderle. Max es de una personalidad seria que alberga un cúmulo de talentos musicales.
Tras encontrarse entre los azares del destino y después de estudiar y practicar la armonía de la vida en diferentes ritmos y con distintas agrupaciones, Omar y Max deciden unir sus talentos con la finalidad de converger en lo que les apasiona: la música y especialmente el rock, después se les une Pedro.
Son tres ríos que se han unido en un caudal musical, y conversar con ellos es un gusto porque están sincronizados como si estuvieran en el escenario y se comunican por telequinesis el siguiente acorde. Llevan el ritmo de una entrevista como la mejor charla de remembranzas.
Omar comenta: “en el 84’ vi a un grupo en el escenario, estaban con toda la actitud y tirando patadas mientras cantaban y tocaban, eso me hizo decidirme: dejo de perseguir fantasmas y me dedico a la música y voy a hacerlo de manera profesional.”
“Nunca Jamás se construye de manera que cada quien se sienta contento con lo que está haciendo”, y Omar aclara: “entendemos la expresión artística como un género”, lo que se percibe en su trabajo de calidad, ya que su disciplina no ha interferido en su creatividad ni en su proceso generador de ideas.
Vive Latino 2016, Festival Ortiz Tirado 2014, Conciertos EXA en varios años y diversas giras, son sólo parte del dossier de esta banda que abre conciertos a otras y termina siendo la receptora de las felicitaciones y se convierte en la invitada principal de los eventos en los que se presenta.
Pedro, Omar y Max son sonorenses que bien pueden “pistear” al ritmo de una banda sinaloense, que leer a Herman Hesse, Ernest Heminway y Jon Krakauer, conversan de sus libros favoritos cada vez que les es posible por eso es que no extraña que le griten a un ampáyer con citas de Charles Bukowski.
Pero sobre todo, estos sonorenses son seres humanos agradecidos con cada persona que los ha ayudado, y como dice Max: “somos la suma de palabras y acciones, somos resultado de palmadas y apretones de mano.” Es evidente. Su energía es expansiva, y es resultado de la fusión con otras energías.
Agradecidos con sus propias familias, también reconocen a Francisco Oroz, a Quetzalcóatl Rodríguez y a muchas personas y personalidades que han permitido que cada uno de sus proyectos y sus discos tengan un lugar y sean parte de una historia musical que sigue escribiéndose.
Al final: lo que nunca será, jamás se logra, pero con su tautología hacen que volteemos a verlos y nos motivan a escucharlos constantemente, cargando con más ligereza esas penas: “llévame de una vez, ¿pa’ qué quiero seguir sufriendo más?, quisiera todo olvidar, denme otro tequila.”
Nunca Jamás es una banda que está regionalizada como un gran producto global, con un lenguaje y un estilo muy de estos rumbos. Con su talento y autenticidad, estos jóvenes son un motivo más para conversar con la juventud y en su mismo idioma, son un incentivo para ser como son pero siempre mejores.
Amantes de la carne asada y el béisbol, toman cerveza y saben de “carrilla”, entienden lo que es andar ”a papuchi”, saben ser “chacas”, y la arman bien “machín”, no les gusta lo “sarra”, contratan “taca tacas” y aunque se han dado en la “chompa”, no se “agüitan” porque saben que son “ching…”. Así es Nunca Jamás, rock agropecuario del Valle del Yaqui, de Cajeme, de Sonora, nuestro rock para el mundo.
Sus inicios son circunstanciales pero no improvisados, su preparación técnica va más allá de una coincidencia en el gusto por la música, está reforzada por la disciplina del trabajo y el respeto a las preferencias musicales individuales, y eso ha dado por resultado lo que ya se escucha y lo que el siguiente año presentarán.
El 2017 será el cumpleaños número diez del primer disco, un año de intensa actividad, con invitación abierta para celebrarlo en grande y así agradecer a quienes les siguen y que incluso todavía les piden canciones como “Siempre de madrugada” y “La nación de Caín”.
El festejo ya empezó, compruébalo asistiendo a la grabación del video “Venimos del desierto” que de manera especial grabarán este viernes 30 de septiembre a las 8:30 pm aquí en Cd Obregón. Ponte tu camiseta de Nunca Jamás y tu pañuelo rojo porque este momento será histórico.
Como las frases de un cuento: “había una vez” o “felices por siempre”, “Nunca Jamás” será la frase de una historia de perseverancia, de éxito siempre, ese que se logra constantemente cuando la filosofía de vida es positiva, sinérgica y decisiva: “somos rock agropecuario porque nuestra esencia es irrenunciable.”
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