Eligiendo batallas

Hace un par de días me compartió mi amiga Lilia Cruz Altamirano un pensamiento de A. Roy:

«Lo que está sucediendo en nuestro mundo es demasiado colosal para que la comprensión humana lo abarque, es una cosa terrible. Contemplarlo en toda su amplitud, intentar definirlo, tratar de combatirlo todo a la vez es imposible. La única forma de luchar es mediante batallas específicas con formas específicas. «

Luis Flores Herrera en la Sierra Sur de Oaxaca, reflexionando.

Como siempre, ella elige la cita precisa para reflexionar. Me vino a la mente la siguiente frase:

«No intentes cambiar al mundo, cambia tú… porque al cambiar tú, cambia el mundo.»

Pero al pensar más en las palabras de A. Roy descubrí la motivación interna que he llevado en mi actuar profesional y que trato de transmitir a las personas con las que me relaciono a nivel epistemológico. Que son muy grandes los problemas del país, que el Presidente y su gabinete hacen las cosas mal, que la educación del país es un caos, que el sindicato es corrupto, que los estudiantes son flojos, que los profesores son mediocres, que no se pueden hacer las cosas bien porque todos las hacen mal.

Vaya manera de justificar la propia incapacidad de responder ante los compromisos adquiridos, de eludir la gran responsabilidad social que tenemos y seguir cómodamente departiendo negativas e inconformidades. Por eso hay que elegir una batalla, definir acciones específicas en las que nuestras competencias si sean capaces de triunfar, eso es posible.

Estudiantes de Bachillerato que eligieron su batalla: prepararse con disciplina, orden y respeto.

Con nuestra actitud al iniciar el día y llegar a la oficina, con las atenciones que les damos a  la familia, con nuestro compromiso para cada acción en el trabajo, con la preparación de una clase, con la academia, con el pequeño acto de amor, de responsabilidad, de confianza, de apoyo… con la batalla que libramos al día para salir adelante y sentir la satisfacción de haber hecho algo útil para nuestra comunidad, para nosotros mismos.  

Sí, lo que sucede es demasiado colosal para enfrentarlo, pero lo que NOS sucede tiene diferentes formas de afrontarlo, hay que elegir esas batallas y vencer, para después, elegir otras… muchas de ellas serán ganadas fácilmente porque existen en el mundo muchas personas que como uno, desean ver que las cosas sean diferentes, mejores… 

Una señal de logro, siempre es motivante para el reto siguiente.

¿Qué prefieres: que te derrote la guerra sin iniciarla o luchar incansablemente cada batalla?  ¿Qué esperas del mundo: que cambie para que logres tus propósitos o hacerlo cambiar mientras los vas logrando?  ¿Qué anhelas: que te recuerden por perder o que nunca te olviden por luchar? 

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